sábado, 7 de marzo de 2009

Pam

Escúchala, ella grita, ella corre, entusiasmada con el simple hecho de vivir. Ella rie, ella llora y vuelve a reir, para poder alegrarnos a unos y joderle la vida a otros. Asi ella vuelve a reir. Cuando la empecé a conocer pude notar esas tristes marcas en su piel. Ahora ella sabe que me tiene a mi, aunque no me sienta tan cerca. Asi como yo la tengo a ella.
Y siempre recuerdo, esa vez que le conte mis grandes errores, que recibí la expresión mas honesta, me dijo con una gran sonrisa " ¡Qué cojuda eres!" y comenzó a reir, yo en cambio, lloré en sus brazos. Suerte, princesita de Disney.

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